La Comisión irlandesa para la protección de datos personales ha sancionado a Meta -la empresa de Facebook, Instagram y Whatsapp encabezada por Mark Zuckerberg- con dos multas. En total, se trata de una multa de 280 millones de euros.
Según la autoridad de control, Meta violó las normas de privacidad de datos de la Unión Europea al obligar a los usuarios europeos registrados en Facebook e Instagram a aceptar anuncios personalizados en función de su actividad en las redes sociales.
Ya en 2021 Meta había recibido cuatro multas por violación de la privacidad y se vio obligada a pagar un total de 900 millones de euros.
Tal y como informa el diario Domani, quotidiano Domani, antes de la entrada en vigor de la nueva legislación europea GDPR para proteger la privacidad de sus ciudadanos, Meta confiaba en el consentimiento informado de los usuarios para tratar sus datos personales y proporcionarles anuncios personalizados o comportamentales. Pero desde 2018, Meta cambió la base legal con la que procesa los datos de los usuarios, al agregar una cláusula a los términos de servicio de los anuncios, una cláusula que efectivamente obliga a los usuarios a aceptar el uso de sus datos. Para las autoridades europeas, la política de Meta es una clara violación de la normativa.
Las quejas correspondientes de Bélgica y Austria sobre estos métodos, ya se habían recibido en 2018, el mismo día en que entró en vigor el Reglamento General de Protección de Datos de la UE. Poco antes, Meta había cambiado sus términos y condiciones y su base legal. La Autoridad concluyó que la empresa entonces, en cierto sentido, presionaba a sus usuarios para que aceptaran ciertas condiciones, ya que de lo contrario los servicios ya no serían adecuados para ellos.
La autoridad de privacidad irlandesa le ha dado a Meta tres meses para legalizar su modelo de recolección y tratamiento de datos (data-targeting). En caso de que no resuelva sus problemas legales, la empresa corre el riesgo de perder parte de sus ingresos multimillonarios derivados de la publicidad. Un elemento más de dificultad que se suma a la crisis de las últimas semanas y que ha provocado el despido masivo de parte de sus empleados.
