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El extraño caso de los robots asesinos de San Francisco

Robots que matan por la policía. No es la secuela de algún blockbuster de ciencia ficción, sino una propuesta concreta de la Policía de San Francisco para combatir el crimen. Si la propuesta es aceptada por la Junta de Supervisores (Tribunal de Supervisores de los EE. UU.), los robots que ya utiliza la policía para desactivar bombas o explorar áreas peligrosas, podrían tener licencia para matar sospechosos. La propuesta de Law Enforcement Equipment Policy especifica que los robots solo podrían tener licencia para matar «cuando el riesgo de perder la vida de civiles o agentes sea inminente y no haya otras opciones», pero está claro que no falta la polémica. La policía de EE. UU., ya es conocida por haber utilizado la tecnología de una manera cuanto menos cuestionable, por ejemplo, para fichar de manera brutal e indiscriminada a simpatizantes o simples sospechosos del movimiento Black Lives Matter. Este sería un paso más que amplía el dominio tecnológico, incluso en campos que requieren mayor atención y delicadeza.

El proyecto de ley ha recibido críticas en varios frentes: «Vivimos en un futuro distópico, donde discutimos la posibilidad de que policías maten a ciudadanos sin un juicio, un jurado o un juez», comentó Tifanei Moyer del Comité de Abogados por los Derechos Civiles de San Francisco. “Con los robots asesinos, los oficiales podrían apretar el gatillo más fácilmente”, dijo Yoel Haile (ACLU del norte de California), quien calificó el proyecto de ley como una “idea terrible”. «Todavía no puedo creer que sea una propuesta seria», dijo Dean Preston, de la Junta de Supervisores, y agregó que el asunto sería casi cómico si no fuera tan serio.

Sin embargo, si San Francisco decide aprobar la ley, no sería la primera vez que se usan robots para matar a presuntos delincuentes: en 2016, el Departamento de Policía de Dallas usó una bomba robot para eliminar a un pistolero que ya había matado a cinco oficiales e hirió a varios más. Tras las protestas populares en la ciudad estadounidense (con el lema «Nada de cosas asesinas, todos hemos visto esa película»), la iniciativa se ralentizó. Pero no hay señales de que haya sido cancelado, como muchos piden.